Si es verdad el dicho de "somos lo que comemos", tendríamos que preguntar "y tú, ¿qué comes? Por eso empezamos este nuevo blogg dedicado a dos aspectos fundamentales para que nuestra salud funcione correctamente: la alimentación y el ejercicio
- ¿Qué le dijo el azúcar a la leche? "Nos vemos en el café"
- Estaban una pera un tomate en la parada del autobús Y el tomate le pregunta a la pera: "¿Cuánto hace que espera?" Y la pera le contesta: "desde que nací"
- ¿Qué le dijo la cucharilla a la gelatina? "No tiembles, cobarde"
- Le dice un niño a su madre: "Mamá, qué rica está la paella" Y su madre le contesta: "Pues repite hijo, repite" Y el niño dice: "Mamá, qué rica está la paella"
- ¿Qué le dice una uva verde a una morada? "¡Respira, respira!"
Que a muchos niños se les suele "atragantar" el
pescado es tan indiscutible como que la composición nutricional de este
alimento le convierte en un imprescindible de la alimentación infantil. Muchos
de sus nutrientes cumplen una función fisiológica determinante en el desarrollo
y crecimiento de los pequeños, que va desde una mejor salud visual y un mayor
potencial intelectual, hasta la prevención de enfermedades degenerativas en la
edad adulta.
Por eso es necesario que los niños coman pescado. La
recompensa no puede ser más gratificante: garantizar su buena salud.
Por fuera nada la diferencia de una hamburguesa "normal" pero su contenido puede ayudarnos a introducir el pescado en la dieta infantil - juvenil.
Y además, es muy sencillo.
Mezclar el contenido de una lata de sardinas (también se puede usar atún o caballa) con un huevo batido, cebolleta picada y harina para compactar. Darle forma de hamburguesa, hacerla a la plancha......et voilà! Una cena de lo más apetecible